Hace exactamente un año Barack Obama ganó las elecciones presidenciales en EE UU. Su carrera había sido meteórica y llegaba al Despacho Oval tras una campaña basada en el célebre 'yes, we can' que casi parecía encabezar una revolución, no sólo en su país si no a nivel global. Un año después, Obama parece que no puede con tanto.
4 de Noviembre de 2009
Un aniversario que llega con noticias malas para los demócratas, ya que perdieron en las últimas horas el control de dos estados muy importantes: Nueva Jersey y Virginia.
El mandatario, quien ha visto resentida su popularidad, no ha podido cumplir varias promesas de campaña como el cierre de la cárcel de Guantánamo, el retiro de las tropas de Afganistán o su ambicioso plan de salud.
Para muchos analistas, Obama ha visto que su eslogan de campaña "Yes, we can", ha ido cambiando hacia el "Yes, Maybe".
En todo caso el Presidente, ganador del Premio Nobel de la Paz, aún despierta grandes ilusiones
Su popularidad ha caído un 20% en once meses
Obama intenta desatascar su reforma sanitaria, una medida que ha puesto en pie de guerra a medio país y que, según los republicanos, recuerda "a la antigua Unión Soviética". Los esfuerzos y las luchas hacia ese objetivo están provocando que el Ejecutivo preste menos atención a otros ilusionantes objetivos de futuro de Obama como los relativos al medio ambiente, la tenencia de armas, los homosexuales o la pena capital.
La economía: a pesar de que los datos parecen anticipar el fin de la crisis en los EE.UU, los niveles de paro siguen en niveles muy altos e importantes empresas financieras siguen quebrando.
Obama sigue manteniendo los grandes ideales de campaña, pero sus actuaciones no traen los resultados esperados. Aunque muchos de esos planes son cambios radicales que necesitarán tiempo, EE UU y el mundo le van a exigir pronto esos resultados futuros por los que recibirá en menos de un mes el premio Nobel de la Paz.
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