La presidenta Cristina Kirchner lanzó el martes una fuerte iniciativa estatista que elimina el multimillonario negocio de la jubilación privada, una reforma que dividió a la oposición, desconcertó a los ahorristas y causó estragos en la Bolsa, que se hundió 10,11% ayer, en su peor jornada .
Buenos Aires, Argentina. AFP. EFE.-
Al concluir la jornada, el Índice General de la Bolsa se ubicó en los 57.592,93 puntos, con una caída del 9,37 por ciento, en tanto que el Merval 25 se hundió el 10,02 por ciento, hasta las 941,49 unidades. La rueda concluyó con un balance de 42 descensos, cinco subidas y seis títulos sin cambios en su cotización.
Por su parte, el riesgo país, un indicador que mide la diferencia de rendimiento entre los bonos del Tesoro norteamericano y los de los países emergentes, se disparó sobre los 2.000 puntos: un nivel similar al que hubo en octubre de 2001, antes de la crisis que terminó en cesación de pagos y devaluación.
La restauración de un sistema previsional único manejado por el Estado, aunque debe pasar por el filtro del Parlamento, representa la segunda intervención de su gobierno en empresas tras ser reestatizada Aerolíneas Argentinas, firma que el español grupo Marsans devolvió casi en quiebra y endeudada. “Esto era una política de saqueos. Vivimos el final de una época a nivel mundial”, dijo la presidenta al anunciar la reforma, que profundiza un modelo instaurado por su marido y líder del gobernante peronismo, el ex mandatario Néstor Kirchner (2003-2007).
Entretanto, desde algunos sectores de la oposición aumentan las voces que denuncian que la decisión constituye un “saqueo” encubierto de fondos para conseguir “más dinero y más poder”, como sostiene Elisa Carrió, dirigente de Coalición Cívica.
Apoyo
El Gobierno argentino, por su parte, busca apoyos parlamentarios para lograr la rápida aprobación del proyecto de ley de estatización de los fondos privados de pensiones, mientras lanza mensajes de tranquilidad a grandes empresas afectadas por la incertidumbre de los mercados y el derrumbe de la bolsa. Las autoridades insisten en que se trata de una medida “estructural” que pretende evitar la descapitalización de los fondos en la actual coyuntura internacional.
Pese a las explicaciones que ofreció la mandataria y que profundizó después su jefe de Gabinete, Sergio Massa, son muchas las dudas que plantea la propuesta gubernamental.
Para calmar los ánimos, el ministro de Planificación, Julio de Vido, se reunió hoy con directivos de Telefónica y Repsol YPF, con capital español, con el objetivo, según fuentes empresariales, de hacerles llegar un mensaje de seguridad jurídica para sus inversiones en el país.
El proyecto de nacionalización
El proyecto permitirá al Estado argentino hacerse con unos 98.000 millones de pesos (alrededor de 31.000 millones de dólares) de los fondos privados de pensiones que operan en el país: diez compañías controladas por bancos y aseguradoras de capitales europeos, estadounidenses y argentinos, con 9,5 millones de afiliados. Los fondos constituyen una cifra nada desdeñable en un momento en que Argentina debe afrontar elevados pagos internacionales y sufre las consecuencias de una caída de los precios externos de las materias primas.
Por su parte, el riesgo país, un indicador que mide la diferencia de rendimiento entre los bonos del Tesoro norteamericano y los de los países emergentes, se disparó sobre los 2.000 puntos: un nivel similar al que hubo en octubre de 2001, antes de la crisis que terminó en cesación de pagos y devaluación.
La restauración de un sistema previsional único manejado por el Estado, aunque debe pasar por el filtro del Parlamento, representa la segunda intervención de su gobierno en empresas tras ser reestatizada Aerolíneas Argentinas, firma que el español grupo Marsans devolvió casi en quiebra y endeudada. “Esto era una política de saqueos. Vivimos el final de una época a nivel mundial”, dijo la presidenta al anunciar la reforma, que profundiza un modelo instaurado por su marido y líder del gobernante peronismo, el ex mandatario Néstor Kirchner (2003-2007).
Entretanto, desde algunos sectores de la oposición aumentan las voces que denuncian que la decisión constituye un “saqueo” encubierto de fondos para conseguir “más dinero y más poder”, como sostiene Elisa Carrió, dirigente de Coalición Cívica.
Apoyo
El Gobierno argentino, por su parte, busca apoyos parlamentarios para lograr la rápida aprobación del proyecto de ley de estatización de los fondos privados de pensiones, mientras lanza mensajes de tranquilidad a grandes empresas afectadas por la incertidumbre de los mercados y el derrumbe de la bolsa. Las autoridades insisten en que se trata de una medida “estructural” que pretende evitar la descapitalización de los fondos en la actual coyuntura internacional.
Pese a las explicaciones que ofreció la mandataria y que profundizó después su jefe de Gabinete, Sergio Massa, son muchas las dudas que plantea la propuesta gubernamental.
Para calmar los ánimos, el ministro de Planificación, Julio de Vido, se reunió hoy con directivos de Telefónica y Repsol YPF, con capital español, con el objetivo, según fuentes empresariales, de hacerles llegar un mensaje de seguridad jurídica para sus inversiones en el país.
El proyecto de nacionalización
El proyecto permitirá al Estado argentino hacerse con unos 98.000 millones de pesos (alrededor de 31.000 millones de dólares) de los fondos privados de pensiones que operan en el país: diez compañías controladas por bancos y aseguradoras de capitales europeos, estadounidenses y argentinos, con 9,5 millones de afiliados. Los fondos constituyen una cifra nada desdeñable en un momento en que Argentina debe afrontar elevados pagos internacionales y sufre las consecuencias de una caída de los precios externos de las materias primas.
VIA: lanacion.com